HOMBRES BUENOS, Arturo Pérez Reverte, 2015,novela
- Sylvia GOMEZ
- 3 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 23 nov 2023

A partir de una documentación minuciosa en archivos, bibliotecas y con el testimonio de historiadores que han guardado con precisión la memoria de los sucesos anteriores a la Revolución Francesa, Arturo Pérez Reverte, nos traslada al siglo XVIII. Describe los tortuosos senderos llenos de peligros que deben salvar los Académicos españoles, a quienes se les ha confiado la adquisición de la “Enciclopedia” en la progresista Francia.
La intervención del autor para mostrar el trabajo intenso que precede a la escritura de una novela con rasgos históricos, es una novedad que encontrará el lector (interrupción de la narración para unos, aportes necesarios para otros).
La trama, aparentemente sencilla, poco a poco va adquiriendo el suspenso propio de una novela de aventuras, en la cual es clara la división entre personajes ayudantes y personajes oponentes a los fines que persiguen esos “hombres buenos”. Los mismos Académicos simbolizan dos tendencias de la sociedad de todos los tiempos: la tradición y la innovación, la religión y la ciencia, el oscurantismo y las luces.
Está claro que el autor quiere marcar el peligro que representaban “las luces” para las masas tanto en Francia como en España, de ahí la necesidad de impedir la difusión de las ideas de los ilustrados, de prohibir la comercialización de esos libros malditos, de negar el derecho a la información, porque la información es un poder y ese poder hacía temblar las coronas europeas.
El lector, junto con Don Pedro Zárate y Don Hermógenes Molina, penetra en los círculos exclusivos de la burguesía parisina, en donde se discute desde moda hasta los últimos descubrimientos científicos; se mueve entre la frivolidad y el conocimiento; pero también conoce, de la mano del Abate Bringas, la otra cara de la ciudad, los barrios miserables donde la prostitución, el crimen y la violencia campean; comprende, a través de sus discursos apasionados, que la Revolución está cerca, pues según él: “No son los tiranos los que hacen esclavos. Son los esclavos los que hacen los tiranos”.
La temática en la que se centra el novelista español es de permanente actualidad, tiene que ver con la conservación de ciertos patrones tradicionales que inmovilizan a una sociedad, que niegan al hombre su derecho a la crítica sobre el momento histórico que le ha tocado vivir, al discernimiento entre lo positivo y lo negativo, lo justo y lo injusto y, por lo tanto, su derecho a la reacción.
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