EL LABERINTO DE LA SOLEDAD, Octavio Paz, 1950, ensayo
- Sylvia GOMEZ
- 9 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 21 jun 2022

“Toda la historia de México, desde la Conquista hasta la Revolución, puede verse como una búsqueda de nosotros mismos, deformados o enmascarados por instituciones extrañas y de una forma que nos exprese” es la tesis del pensador mexicano más importante del siglo XX. En un recorrido por los principales momentos de la historia de su país, nos muestra la transcendencia que tuvo la Conquista española en territorio americano, específicamente en las culturas mesoamericanas: la caída y el abandono de los dioses, el nacimiento de un nuevo ciclo cósmico, la rendición de los indios estoicos que habían defendido sus templos y ciudades, la imposición de una nueva cultura, etc.
Es también en esta etapa que, según el autor, va a configurarse el ser mexicano, gracias a un personaje que aún vive en el fondo de cada individuo: la Malinche, para unos la traidora del pueblo, por su entrega a Cortés, para otros la princesa azteca que impidió que la conquista fuese más violenta. En todo caso, simbólicamente, de su vientre nació el primer mestizo y con él toda una serie de frustraciones, de desarraigos y de rechazo a su condición de híbrido. El mexicano no se siente ni indio ni español, reniega de sus orígenes y prefiere adentrarse solo en la historia.
Los demás capítulos, ocho en total, más el apéndice “La dialéctica de la soledad”, no hacen sino reafirmar la hipótesis de que el mexicano, no encuentra la salida de ese laberinto histórico en el que está sumergido. Todas las celebraciones y las fiestas se orientan a ocultar su identidad, lo muestran bajo una máscara cambiante que va de la extrema alegría a la extrema violencia; que se jacta del irrespeto por la muerte (lo que es diametralmente opuesto a la visión occidental), pues no la teme ni la huye, más bien la busca, la festeja, convive con ella.
El hoy del hombre mexicano refleja esa herencia mítica de cerrarse a los otros, lo ejemplifica el autor con la presencia de los pachucos en las calles de Los Ángeles, donde son fácilmente reconocibles por sus ademanes y su vestimenta, con los cuales no desean ocultarse o pasar desapercibidos, sino justamente establecer una línea divisoria entre ellos y los demás.
Octavio Paz también analiza la influencia de la Colonia, etapa en la que se implantaron instituciones, que no fueron nada más que una imitación de las estructuras que habían alcanzado su madurez en Europa y que se conservaron durante la Independencia.
Capítulo aparte merece el aporte de la Revolución en la historia de este país americano, se destacan sus protagonistas: Porfirio Díaz, Emiliano Zapata, Pancho Villa, Álvaro Obregón y otros que configuraron luego la moderna nación mexicana.
La posición del autor es hasta cierto punto generalizable a todo el pueblo latinoamericano, que no se atreve a ser él mismo y a vencer a esas entidades imaginarias, esos fantasmas del pasado que aún gravitan en el inconsciente colectivo.
He aquí un libro que tú debes leer.
Komentar